Asociación Centroamericana Centro Humboldt (ACCH)

Capítulo 4: Situación Actual Del Recurso Hídrico En Centroamérica

Disponibilidad de agua per cápita en al región

La disponibilidad del agua es un concepto teórico basado en las cantidades o volúmenes de agua superficial y subterránea (expresado en metros cúbicos, m3), relacionado con el área del territorio, la cuenca hídrica, el total de precipitaciones a lo largo de un período de tiempo (usualmente un año), la evapotranspiración, la escorrentía y el tamaño de la población que habita en dicho territorio.  El indicador no contempla la variabilidad ni la dispersión espacial o temporal de la precipitación en el periodo considerado, ni tampoco cómo los sectores heterogéneos que componen la población acceden a dicho recurso u otras variables como la calidad del agua (no siempre es adecuada para su consumo, indistintamente que sea escasa o abundante).

La información especializada que mejor refleja la situación hídrica y el comportamiento a nivel global es la que provee la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a través de AQUASTAT, su sistema mundial de información sobre el agua en la agricultura, que es una base accesible de datos fiables, sistematizada y auditada para el aseguramiento de la calidad, a partir de 1960.   Esta fuente de información es la que se empleará en el análisis del recurso en la región y las unidades empleadas son: Km2 = 100 ha, para el Área; y Km3 = 1 x 109 m3 = 1000 x 106 m3 = 1, 000 millones m3, para el Volumen.

El comportamiento de la disponibilidad de agua en la región, se muestra en la tabla a continuación, tomando como referencia la precipitación media anual en volumen a largo plazo registrada en cada país centroamericano para el período 1965 – 2020 en Km3 (o 109 m3 por año), convertida en recursos hídricos renovables totales por año (FAO 2023):

Disponibilidad de agua per cápita en la región

Para profundizar la visión del comportamiento del volumen de agua per cápita, se amplió el período de análisis enfocándolo en el quinquenio 2016 – 2020 en los cinco países de estudio, con el fin de mostrar datos para el medio siglo transcurrido desde 1965. Esto permitió visualizar las tendencias de disponibilidad teórica del agua en la región en poco más de cinco décadas.

La disminución del agua disponible en cada país se muestra a continuación, basada en el comportamiento de los valores registrados de recursos hídricos renovables totales per cápita (m3 /habitante/año) para los 50 años transcurridos entre 1965 – 2015, y los cinco años entre 2016 – 2020:

Disminución de la disponibilidad teórica de agua en la región

Aunque el aumento de la población es un factor importante en el cálculo de la reducción de la disponibilidad teórica, tanto la precipitación media anual en volumen a largo plazo [1]como los recursos hídricos renovables totales muestran estabilidad, sin embargo, la disminución teórica es significativa en todos los países, particularmente en Guatemala y Honduras. No obstante, son cifras globales por país, sin considerar las características físico-naturales particulares de las cuencas hídricas en determinadas zonas secas u otras sumamente lluviosas, ni los efectos de la variabilidad climática o dispersión espacio temporal de las lluvias.  

Sin embargo, las demandas crecientes de volúmenes de agua para el consumo humano y las actividades agrícolas, agroindustriales o de consumo humano, especialmente en el marco de las tendencias de disminución drástica del agua en el futuro próximo (Cap. 1) por la variabilidad climática, obligan al análisis cuidadoso de la disminución real y a la planificación adecuada de las soluciones necesarias para mejorar el acceso real al agua para los diferentes usos de la población.

Factores que inciden en la calidad del agua para consumo humano

La noción de la Calidad del Agua se basa en el conjunto de las características y condiciones físicas, químicas, biológicas, microbiológicas y organolépticas que presenta el agua, y que la hacen apta para su uso y aplicación particular en uno o más usos o servicios.  De esta forma, un agua cuya composición resulta excelente para acuacultura, irrigación en agricultura o servicios ecosistémicos, podría no ser inocua para uso humano y por tanto sería inadecuada para uso potable, a menos que reciba el tratamiento técnicamente apropiado.

El origen de todas las aguas superficiales y subterráneas es la precipitación pluvial que aporta ingentes volúmenes líquidos descritos en la sección 4.1 y su naturaleza es casi pura al momento de precipitarse, pero en su tránsito o ciclo del agua, a través del ecosistema, incorpora minerales y elementos que modifican su composición, incluyendo posiblemente sustancias nocivas que la contaminan. Siendo el agua el solvente universal, en la naturaleza no existe como agua químicamente pura, ya que es capaz de disolver a la mayoría de los elementos.  Por esta razón el agua limpia es susceptible de contaminarse con sustancias indeseables muy fácilmente

El criterio de Agua potable o aguas destinadas al consumo humano incluye: i) todas las aguas, ya sea en su estado original, ya sea después de tratamiento, para beber, cocinar, preparar alimentos u otros usos domésticos, sea cual fuere su origen e independientemente de que se suministren a través de una red de distribución, a partir de una cisterna o envasadas en botellas o recipientes de diversa índole; y  ii) todas las aguas utilizadas en empresas alimentarias, farmacéuticas o sanitarias para fines de fabricación, tratamiento, conservación o comercialización de productos o sustancias destinados al consumo humano.

Los factores que modifican negativamente la calidad del agua en Centroamérica están presentes de manera indistinta en todos los países analizados:

  • Eutrofización: Con frecuencia tiene origen cultural, lo que significa que el fenómeno se establece artificialmente por un exceso de nutrientes en las aguas vertidos por las actividades agropecuarias e industriales o bien por la llegada de descargas de aguas grises o negras. La eutrofización, enriquecimiento trófico y pérdida de calidad y degradación de lagos, lagunas u otros humedales es causada por la contaminación por fuentes no puntuales o difusas, que por sí misma crea problemas complejos de calidad del agua.
  • Contaminación por fuentes no puntuales o difusas: A diferencia de la contaminación puntual, que procede de una ubicación identificable, la contaminación por fuentes no puntuales incluye la escorrentía de las tierras de las cuencas hídricas  erosionadas, modificadas o degradadas, entre las más comunes, la escorrentía de las tierras agrícolas que contienen residuos de fertilizantes, plaguicidas u otros agroquímicos, o bien de tierras pecuarias cargadas de materia orgánica y excrementos de ganadería. 
  • Productos químicos agrícolas. Los agroquímicos, principalmente fertilizantes y biocidas o plaguicidas) son xenobióticos, difíciles de controlar y con un alto potencial de ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana, aún en altas diluciones. La complejidad de la composición de estos tóxicos causa que la identificación y cuantificación de los residuos disueltos en el agua, requiere capacidades científico técnicas costosas y monitoreo específico, usualmente carentes o deficientes en nuestro medio.  
  • Contaminantes químicos en general: Los contaminantes químicos pueden encontrarse en los suministros de agua como resultado de su introducción a través de procesos naturales o por fuentes antropogénicas. Se han registrado y patentado más de 100,000 sustancias químicas comerciales que se utilizan en productos de fabricación industrial (Schwarzman y Wilson, 2009), muchas de las cuales penetran en los cuerpos de agua naturales. Por sus efectos nocivos en la salud y el medioambiente, se han determinado regulaciones internacionales que establecen límites en cuanto a la presencia, concentración y niveles permisibles de estos contaminantes en el agua potable. No obstante, en la práctica muchos de estos límites permisibles son fijados por razones económicas en razón del costo de depuración del agua, más que por criterios estrictamente sanitarios, en detrimento de la certidumbre absoluta sobre la inocuidad total.
  • Contaminantes emergentes: Además de los ya mencionados químicos y biocidas, cada día surgen nuevos productos químicos en los sectores médico farmacéutico (humano y veterinario), agrícola, industrial y tecnológico, como plaguicidas, antiparásitos y otros biocidas; aditivos de materiales empleados como antioxidantes, retardantes de llama, plastificantes, protectores anticorrosivos; productos del hogar como detergentes, cosméticos, fragancias, cremas, drogas, analgésicos, ansiolíticos, antibióticos, antihipertensivos, hormonas esteroideas, drogas ilícitas, Estos penetran sin cambios los filtros y elementos depurativos de las plantas de tratamiento de aguas residuales.     
  • Contaminantes modernos: Son sustancias químicas sintéticas que, debido a su resistencia térmica y estabilidad, tienen aplicaciones industriales y de consumo que le otorgan persistencia y bioacumulación en las cadenas tróficas lo que ha despertado la preocupación de las autoridades sanitarias y ambientales; entre estos, los compuestos polifluoroalquilados y perfluoroalquilados (PFAS). La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al sulfonato de perfluorooctano (PFOS) y al ácido perfluorooctanoico (PFOA), como sospechosos de ser cancerígenos, presuntos reprotóxicos y nocivos para la población vulnerable (Zarza, 2023). Otro agente peligroso contaminante del agua es el Bysphenyl A (BPA), que proviene del lavado de telas sintéticas y que es causante de disrupción endocrina (National Geographic, 2023).
  • Salinización: Todas las aguas naturales contienen algunas sales disueltas y cuando el agua se evapora, o se transpira como en el caso de la agricultura, las sales permanecen y se concentran progresivamente, salinizando los suelos, con efectos negativos en su fertilidad.
  • Desechos de Minería y otros residuos industriales: La minería produce desechos que constituyen un riesgo elevado para la calidad del agua debido a la concentración de compuestos metálicos y de otro tipo que pueden ser movilizados por la precipitación y el transporte de agua a través del suelo. Estos desechos pueden ser particularmente difíciles de manejar porque las fuentes son a veces difusas, como ocurre con el drenaje ácido de minas, y los lixiviados que se percolan a las aguas subterráneas desde las presas de cola.  Las actividades mineras y los residuos industriales son los principales generadores de metales pesados (por ejemplo, Cr, Ni, Cu, Pb, Hg) y sus efectos tóxicos para la salud en los seres humanos se ha documentado extensamente. El uso artesanal e industrial minero del cianuro y del mercurio, constituye un problema particular de consideración sanitaria y ambiental.
  • Contaminación natural: La contaminación natural también supone una amenaza para la calidad del agua. Entre los contaminantes más comunes destacan los fluoruros, el boro y el arsénico de origen volcánico muy comunes en Centroamérica, debido a su geología y cadenas volcánicas.
  • Sedimentación: La sedimentación es un proceso natural de deposición de la erosión o desgaste del paisaje y desplazamiento del material. La mala gestión de las tierras, de las cuencas hídricas y de los cursos de agua puede dar lugar a una movilización excesiva de sedimentos y a tasas aceleradas de transporte, que pueden además contribuir al desplazamiento de contaminantes.
  • Contaminantes biológicos: Representados básicamente por los excrementos humanos o de origen animal, habitualmente asociados a la rápida urbanización, a la falta de tratamiento adecuado de las aguas servidas o al uso de letrinas sin adecuada ubicación o mantenimiento. La presencia de microorganismos patógenos en el agua de consumo, especialmente en el sector rural, suele ocurrir por la contaminación de aguas subterráneas someras que alimentan a pozos domiciliares excavados, debido a la mala ubicación y al uso inadecuado de letrinas.  El fecalismo al aire libre resulta también de consideración.

Partículas Suspendidas Totales (PST) en el aire: La contaminación del aire también es causa de contaminación del agua. La presencia en la atmósfera de uno o más elementos, en cantidad suficiente, tiene capacidad de causar efectos indeseables tanto en el ser humano, como en la vegetación, los animales, y las estructuras artificiales. Los sólidos suspensos o material particulado, constituidos por: cenizas, hollín, desechos parcialmente quemados, o el humo de escape de motores de combustión interna, se desplazan en el aire y tienden a precipitarse al suelo, desde donde son arrastrados por las escorrentías a los cuerpos receptores.  Así contaminan tanto los suelos como el agua, superficial y subterránea. El término “material particulado” incluye partículas sólidas o líquidas que, por su pequeño tamaño, permanecen suspendidas en el aire cierto tiempo. Las partículas suspendidas forman una mezcla compleja de materiales sólidos y líquidos, que pueden variar significativamente en tamaño, forma y composición, dependiendo fundamentalmente de su origen.

 

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