Introduccíon
El sector energético tiene una alta vinculación con los procesos de desarrollo y la calidad de vida de la población, ya que el acceso a servicios energéticos es fundamental para mejorar las condiciones de vida de la gente y aminorar los impactos ambientales, ambos estrechamente vinculados con la pobreza. Al respecto la Comisión Económica para América Latina y el Caribe expresa lo siguiente (CEPAL, 2009):
La ausencia de servicios eléctricos se relaciona de manera directa con la pobreza: se estima que del total de pobres de la región (200 millones), aproximadamente un 10% carece de servicios eléctricos, cifra que sube al 30% cuando se considera la población indigente.
En Centroamerica se han logrado avances en materia de acceso a energías renovables y eficiencia energética, siendo estos los principales objetivos en la agenda intenacional para el desarrollo, recogidos en el ODS 7. Según el Sexto Informe del Estado de la Región (2021), dentro de las mejoras que ha tenido centroamerica se encuenta la generación de energías renovables, ya que “entre los años 2010 y 2018 se observó que la capacidad instalada para producir energía eléctrica con fuentes renovables creció en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”. Tambien en este informe se identifica al Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac) como un logro en materia de integración
A simple vista todo parece indicar que la región ha avanzando lo suficiente en esta materia y que las tareas pendientes son minimas, pero si se toman como referentes lo que plantea el objetivo general del ODS 7, que es garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna, habrá que preguntarse si realmente la región esta cerca de cumplir este objetivo, para todos sus ciudadanos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019, pese a que en America Latina y el Caribe ha mejorado, teniendo un promedio del 95% acceso a energía en el 2019 “estas cifras muy positivas pueden esconder diferencias de acceso muy significativas entre subregiones, países y grupos sociales”.
En este sentido el presente documento, realiza una análisis situacional de la matriz energética de Centroamerica, especificamente en 5 paises (Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica), donde se recopila las estadisticas que presentan tanto instituciones nacionales como organismos internacionales y con base a estos, presentar la perspectiva de la situación de la región en el sector energético y su vinculación con el aprovechamiento de los recursos naturales y los sectores vulnerables en la región. Los objetivos del trabajo, se presentan en el estudio específico de energía que es parte del estudio regional.
Matriz energética y matriz de generación eléctrica Centroamericana
La matriz energética de la región es heterogénea y está conformada por distintas fuentes. Desde sus inicios, mostró una alta dependencia de los hidrocarburos. Las fuentes más importantes son la leña e hidrocarburos seguidas de las energías renovables que han logrado un crecimiento histórico.
Guatemala. La matriz energética (bajo el enfoque de demanda final) durante el período de 2015 – 2021 estuvo conformada principalmente por: leña, diésel, gasolina, electricidad, gas licuado y otros derivados del petróleo, con participación del 56%, 14%, 13%, 8%, 4% y 5% respectivamente, y una tasa promedio interanual para el periodo del 6%, 5%, 2%, 4%, 8% y 1%, respectivamente.
El Salvador. La matriz energética (bajo el enfoque de demanda final) durante el periodo 2015 – 2021 estuvo conformada principalmente por: diésel, gasolina, electricidad, gas licuado, leña, y otras fuentes con participación del 26.23%, 26.17%, 20.02%, 12.34%, 6.55% y 8% respectivamente. Se presenta una tasa promedio de consumo energético interanual para el periodo del 0.48%, 1.71%, 6%, 8%, -20% y 14.12% respectivamente.
Honduras. La matriz energética (bajo el enfoque de demanda final) durante el periodo 2017-2021 estuvo conformada principalmente por: leña, gasolina, diésel, electricidad y otras fuentes derivadas del petróleo con participación del 41%, 15%, 13.49%, 12.65%, y 17.86%, respectivamente. Se presenta una tasa promedio interanual para el periodo del -58.27%, 19.24%, 6%, y -27%, respectivamente.
Nicaragua. La matriz energética (bajo el enfoque de demanda final) durante el periodo 2015-2021 estuvo conformada principalmente por: leña, diésel, gasolina, electricidad, gas licuado y otras fuentes derivadas del petróleo con participación del 39%, 21%, 13.2%, 12.6%, 5.2% y 9%, respectivamente. Se presenta una tasa promedio interanual para el periodo del 3%, 1%, 6%, -2%, 25%, -32% y 6%, respectivamente.
Costa Rica. La matriz energética (bajo el enfoque de demanda final) durante el periodo 2015-2021 estuvo conformada principalmente por: diésel, gasolina, electricidad, biogás, geotermia, hidroenergía, leña, bagazo de caña, kerosene, gas licuado y otras fuentes derivadas del petróleo con participación del 46%, 44%, 41%, 14%, -48%, -32%, 7%, 8%, 8%, 9.5% y 2.5% respectivamente. Se presenta una tasa promedio interanual para el periodo 2015-2021 del -97%, 1%, 14%, -14%, -47%, y 21%, respectivamente.