Asociación Centroamericana Centro Humboldt (ACCH)

La experiencia de monitorear el clima para garantizar mejores cosechas

“Mi papá me enseñó a trabajar en el campo. Aprendí a arar la tierra con bueyes, a rozar el bosque y quemar el monte, pensando que de esta manera íbamos a producir más. Sin embargo, lo que estábamos haciendo es dejar el suelo sin protección porque cuando venían las grandes lluvias se nos llevaba las cosechas la corriente”, explica Macedonio González, originario de la aldea El Tuyal, municipio Belén Gualcho, del departamento de Ocotepeque (Honduras), quien ahora es parte de la Red de Observación Climática Comunitaria (ROCC).

La ROCC es una iniciativa enfocada a monitorear el clima en comunidades de Centroamérica, con observadoras y observadores de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, quienes de manera voluntaria registran las precipitaciones. Esto ayuda a productores como González, a comprender mejor cómo el clima influye en sus cultivos y al mismo tiempo, puede generar información para desarrollar medidas de adaptación al cambio climático adecuadas a su zona o contexto local.

El Tuyal es una comunidad que se encuentra a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar, con un clima agradable y con buenos suelos para la siembra, pero por las prácticas agrícolas su tierra iba quedando sin materia orgánica. Gracias a las capacitaciones González se dio cuenta de algunas prácticas que podía mejorar en su trabajo como agricultor, “porque para producir es importante mantener los suelos con materia orgánica, estas buenas prácticas las llevo implementando desde hace años, antes usaba “venenos químicos” (pesticidas) antes de sembrar y después de cultivar”

Como muchos centroamericanos, González emigró a Estados Unidos, pero no le fue bien, por lo que decidió regresar a El Tuyal para seguir trabajando la tierra y así, siempre seguir tratando de salir adelante.

Hace dos años lo contactaron los técnicos de la AESMO. “El año pasado nuevamente llegaron a mi casa más técnicos, para que los acompañara como líder de la comunidad y gracias a las capacitaciones, ahora soy un consejero agroecológico en mi aldea”, expresa. 

Recuerda que, en 1998 debido al huracán Mitch la tierra se llenó de plagas como la gallina ciega (insecto) y los suelos quedaron sin materia orgánica, desde ese tiempo les ha costado mucho recuperar las parcelas. En su caso, para mejorar sus tierras hizo tres barreras vivas elaboradas con zacate de limón y así evitar que las corrientes de la lluvia no se lleven la materia suelta.

La amplia experiencia de González en temas agroecológicos, le permite tener una mejor base para desarrollarse como observador climático. Él junto a otros productores y productoras recolectan datos de precipitación en sus aldeas, para luego ser procesados por especialistas de organizaciones miembros, lo que permite elaborar boletines y perspectivas climáticas en base a sus realidades locales, que son entregadas a las comunidades.

Este año (2024), gracias a las buenas prácticas ya está la cosecha. Por lo tanto, espera que se sigan apoyando este tipo de proyectos y extendiendo en toda Centroamérica, “porque no solamente en un país estamos sufriendo los efectos del Cambio Climático, como las altas temperaturas y la falta de lluvia. Asimismo, espero que esta información llegue a las personas que no conocen sobre la deforestación y los ríos que se están secando, sobre todos esos daños que han provocado cambios en el clima”, concluye. 

Estas acciones, que benefician a productores como González, es gracias a la labor conjunta de AESMO y la Asociación Centroamericana Centro Humboldt (ACCH), con el apoyo de Vivamos Mejor Suiza. 

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